Mambe y Ambil

Sabiduría ancestral del Amazonas.

Hasta el día de hoy, existe una variedad de comunidades indígenas que habitan la Amazonia colombiana de manera tradicional y que conservan sus prácticas y conocimientos ancestrales, entre ellas se encuentran los Murui, los Nonuya, los Bora, los Andoque, entre muchos otros. Un componente de conjunción entre todas estas comunidades es la presencia de dos plantas maestras fundamentales en su espiritualidad: el tabaco y la coca. Estas plantas tienen métodos de preparación propios del territorio que se conocen como Ambil y Mambe.

Como comentábamos en un texto anterior, hay varios elementos que han sido transformados en sus opuestos a lo largo de la historia de la humanidad. Volveremos a referirnos a la planta del tabaco como ejemplo; una planta que durante miles de años fue utilizada de forma tradicional, orgánica, con un enfoque sagrado y espiritual; una planta que luego fue transformada en un elemento comercial y nocivo para la salud humana, lo que actualmente conocemos como cigarrillos. Algo similar sucedió con las bebidas fermentadas, que por miles de años han acompañado a la humanidad en momentos de celebración, de tareas, de ceremonias; siendo preparadas de manera tradicional por diferentes familias y comunidades alrededor del mundo, preparaciones que tenían pautas y métodos de uso; un uso completamente diferente al que hoy le damos al alcohol; dado que las bebidas embriagantes son monopolizadas por empresas y sólo tienen fines económicos, aunado a que la falta de educación en estos temas genera el mal uso y abuso de dichas bebidas, lo que a su vez provoca desequilibrio emocional, daño en las relaciones y riesgos a la salud.

Hemos tocado sólo dos ejemplos entre los muchos que existen sobre el tema de los elementos tradicionales que se transforman en contemporáneos, pero el objetivo final de nombrarlos es que, cuando nos acercamos a dichos elementos que consideramos comunes en nuestras vidas con un nuevo enfoque y una nueva forma de verlos, podemos entonces observar la realidad con otros ojos, con nuestro espíritu, a través de la luz de la sabiduría ancestral, volviendo a la memoria del origen.

El medicamento de uso tradicional denominado Ambil, se prepara inicialmente con las hojas del tabaco autóctono, que se cuecen durante muchas horas o incluso días, hasta extraer su esencia pura. Tras filtrar los residuos de las hojas, este líquido primigenio se reduce hasta alcanzar una consistencia similar a la de la miel. En este punto, se añade un líquido viscoso compuesto de otras plantas y flora para darle la consistencia adecuada. Tras completar esta fase preparatoria, el compuesto se mezcla con sal vegetal, que se extrae de forma tradicional de plantas, palma o corteza, añadiendo equilibrio a la preparación. Abordamos este método de preparación de forma superflua sólo para acercar al lector a su comprensión, pero es importante destacar que, en la preparación de este medicamento, Ambil, como en el caso de todas las medicinas tradicionales, se requiere un trabajo diligente y concentración espiritual, debido a que debe producirse un diálogo con el espíritu de la planta para que el medicamento se prepare de forma pura y armoniosa.

La medicina de uso tradicional denominada Mambe se prepara inicialmente con las hojas de la planta de coca; hojas que se recogen de las cosechas tradicionales de las tribus indígenas. Cabe mencionar que se trata de una variedad especial de planta de coca, dulce, que, según los ancianos, se utiliza desde hace miles de años y cuya semilla y conocimientos se han transmitido de generación en generación. Estas hojas de coca se tuestan cuidadosamente a fuego lento con técnicas que sólo el tiempo puede enseñar. Una vez tostadas al punto exacto, se machacan o pulverizan con herramientas tradicionales. Una vez que las hojas están en una fase fina de pulverización, se tamizan; se utilizan coladores cuidadosamente fabricados con tejidos y elementos vegetales para que los componentes fibrosos más gruesos de las hojas no queden en la medicina. La intención es lograr una harina de coca lo más fina y pura posible, que luego se mezcla con la hoja-cáscara de un árbol amazónico conocido como Yarumo, que equilibra y activa la preparación.

La preparación de estas medicinas requiere un largo y arduo trabajo físico, así como una especial dedicación y concentración espiritual; su historia, preparación y uso son de carácter sagrado, requiriendo formas específicas de manejo y connotación espiritual. El ritual de su preparación comienza en el momento en que las semillas de la planta son cultivadas, y requieren un tratamiento sagrado y respetuoso dado que estas plantas maestras han sido utilizadas durante miles de años y han acompañado a las comunidades amazónicas a lo largo del camino de su existencia, habiendo sido ellas mismas guías espirituales para comprender la existencia misma. Es en este punto que nos parece necesario utilizar nuevamente otro ejemplo de la transformación de un elemento sagrado en algo profano; pues la planta de coca ha sido utilizada por miles de años en diversas comunidades de las Américas de manera sagrada, como medicina y alimento, y dentro de su uso tradicional apropiado, no presenta ningún factor de riesgo. Pero lo que en realidad se infiere cuando se menciona la palabra "coca", es la asociación con una droga, y no es así; hay una gran diferencia, ya que la cocaína se prepara a partir de la hoja de otras especies vegetales que han sido modificadas genéticamente, o de plantas que no se utilizan en la preparación de estas medicinas ancestrales. Además, en las drogas contemporáneas se agrega una amplia gama de sustancias químicas altamente nocivas tanto para el ser humano como para el ecosistema; como se dice comúnmente: la hoja de coca siempre es verde y se consume por la boca, nunca blanca y nunca por la nariz. 

Es posible conocer más sobre las propiedades y beneficios de la hoja de coca investigando en Internet o en enciclopedias, ya que esta planta ha sido estudiada científicamente desde hace bastante tiempo y ha generado asombro en la comunidad científica por su riqueza nutricional.

Los medicamentos Ambil y Mambe suelen utilizarse juntos, son una unión, la manifestación de una alianza, un equilibrio. Ambil simboliza una energía masculina, el abuelo, y su esencia aporta claridad de pensamiento; ilumina el pensamiento. El espíritu de esta medicina guía el pensamiento y conecta todos los sentidos para que las decisiones que tomamos y las acciones que adelantamos estén alineadas con el cuidado de la vida, de la familia, de la comunidad y del territorio. El Mambe simboliza la energía femenina, el espíritu de la madre, y su esencia aporta la sabiduría de la palabra amable; el don de la palabra que armoniza, que construye, la palabra que pacifica las relaciones. También aporta energía y nutre el cuerpo para realizar tareas y trabajos físicos. 

Así es como se encuentra la energía del padre y la madre espirituales, a través de una alianza que acompaña la vida humana. A través de su uso, primero iluminamos y arraigamos nuestros pensamientos, fijamos nuestros propósitos y dirigimos nuestras acciones, luego nutrimos nuestro ser con el don de la palabra amable, la palabra que crea una realidad dentro del bienestar. Estas medicinas nos permiten reconocer y aplicar la enseñanza de que haya congruencia entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos. Esta es la clave para saber vivir. 

Cuando la gente se reúne para compartir estas medicinas, se llama "Mambear", que puede entenderse como parlamentar o conversar; esto significa que la gente se reúne para discutir e intercambiar diversos temas, como repasar las actividades y acciones del día, conferenciar sobre una situación difícil que puede requerir una solución, o ayudar a guiar una tarea que debe llevarse a cabo. Tradicionalmente, cuando hay un anciano presente, el Mambe se centra en escuchar los consejos del anciano, en recibir la palabra de la vida, en recoger las enseñanzas y los conocimientos que el tiempo y la experiencia han proporcionado a dicho anciano. Así es como se ha salvaguardado la sabiduría en las comunidades amazónicas, a través del legado oral y la tradición. Es a través del compartir de la palabra que hemos sido legados con el conocimiento de cómo habitar la Madre Tierra, cómo procurar todo lo necesario para vivir, y cómo existir en paz y armonía con la naturaleza.

Los ancianos; abuelos y abuelas, habitantes de la selva y guardianes de estas plantas son quienes preservan la sabiduría ancestral. Ellos han sido reconocidos como hijos e hijas de las plantas de tabaco y coca, de la yuca dulce, y en sus memorias permanecen los mitos de la creación del universo; las historias que traen enseñanzas para el presente, así como los consejos vitales y necesarios para que todos sepamos utilizar estas medicinas con honor e integridad. A ellos les expresamos nuestra más profunda gratitud por permitirnos estar en comunión con estas herramientas, y es nuestra responsabilidad hacer las cosas de la manera más respetuosa y siguiendo sus consejos. No es posible en este texto profundizar en las dietas y el uso correcto de estas medicinas, pero se insiste en que requieren orientación y consejo.

Tenemos la oportunidad de volver al origen, la oportunidad de utilizar las herramientas que el gran espíritu cedió a la humanidad para saber convivir bien con la Madre Tierra. Volvamos a las medicinas naturales y tradicionales, al uso correcto de nuestras plantas maestras, recordemos que todo tiene un espíritu, y que todo lo que existe merece respeto y gratitud. Nutramos nuestro ser con la esencia pura de la naturaleza, de nuestra madre, para que estemos alineados con el fluir del universo, y para que contribuyamos positivamente a la existencia. 


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